Y no es un gato, es un periquito. Pues nada, que para una vez que tengo una mascota que me encargo de cuidar (todos sabemos que cuando somos niños el marrón va a nuestros padres), va y casi la espicha. Bueno, puede que muera... por desgracia, es más que posible que lo haga.
Y lo peor es que lo súlimos tres meses no he estado, y que por desconocimiento me tomaba a broma el hecho de que no cantara (ahora resulta que era para ahorrar fuerzas y no atraer depredadores).
No pongo ninguna foto suya no vaya a ser que se asuste o le dé un patatús. Sí, el pobre Missi II está muy pero que muy débil. Y menos mal que convencí a mis padres para que me dejaran llevarlo al veterinario (bueno, veterinaria)... la mujer ha visto al pájaro y vamos, que me dice que suerte si sale de ésta.
Así que espero que te recuperes bien, periquito, y vuelvas a cantar, aunque sea sólo al sonid del ruido de la cafetera.
viernes, 4 de enero de 2008
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2 comentarios:
Snif, snif... en fin... recuerdo demasiado bien cuando elegí el periquito con Íñigo... estaba en una esquina, sentado, sin volar apenas, solitario y aburrido. Me dije: "Qué mejor companía que la de un hombre llamado Asier para cuidarle, quererle y mimarle", y así fue. Me dijeron que estaba en buen estado y era el más joven de los periquitos, así que sin dudarlo me lo llevé muy feliz a casa.
Estuve un par de días cuidándolo en mi habitación. Le ponía música clásica y cantaba (a ratos), pero un día se me escapó unos segundos de heavy metal y pareció asustarle un poco. Así que seguí con mis canciones de música clásica.
Le veía calmado, sereno y quieto, demasiado para un periquito... No supe qué hacer, pero ese día tenía que llevarlo a manos de Asier. Lo cual, lo tapé con una manta y le dije: "Y aquí nos despedimos, periquito. No temes, queda poco para tu destino feliz...".
Asier y yo hacíamos tres largos y bellos años, y un periquito fue mi regalo. Asier casi no se lo podía creer; ¡un periquito en su casa! Lo cual, lo nombró como Missi II, porque ya hubo un "Missi", que falleció hace unos cuantos años atrás.
Missi II fue aquel periquito que le conocí durante unos segundos tras el escaparate en la tienda, durante unos segundos en mi casa, durante unos segundos en la cocina de su casa. La jaula era algo pequeña, lo cual decicí regalarle una más grande para que pudiera volar con más libertad y ser algo más feliz...
Pero algo fallaba... Missi se sentía más solo... y mira que le gustaba ser solitario, pero tal vez si hubiera alguna periquita con él tal vez sería más feliz... Asier se va de Erasmus y Missi aún más solo... su trágica enfermedad empezó y hoy día, ya nada le puede salvar de su tristeza y de su débil corazón.
Si pudiera retroceder en el tiempo, ojalá pudiera regalarle antes la periquita, y creo que habría sido más feliz Missi.
..."porque el amor es un sentimiento lleno de emociones felices y también tristes por otra persona que tanto amas, donde compartes y das toda tu vida a ella, donde la paz y la armonía se juntan cuando todo va de maravilla, donde de la mano juntos caminar un destino feliz"...
Siempre me acordaré de ti, Missi... te echaré de menos, mucho. Ha sido un placer conocerte :)
si llega a mayo le comprare una perica x mi cumple... le, ya lo sabias ¡XD. a no ser que me hagais como el año pasado.
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