Bueno, ya se acerca el día que diré adiós definitivamente a Southampton. Y, sinceramente, no es que me vaya a dar una gran pena. Me explico:
-Como ya dije en mi anterior blog.... Esta ciudad es una bomba de banalidad. No me gustan las bomas de banalidad. Nada. Incluso cuando juegan a rol (uno de los actos supremos de imaginación), juegan a tirar dados para matar los bichos que saca el máster. Sí, mola eso de matar a dos orcos de un golpe o de llevar un Colmillo plateado con un Gran Claive que tira 14 dados de agravado... pero coño, el rol es algo más.
-Para empezar, las circunstancias en las que vine aquí no son las mejores: llevo desde septiembre viviendo en una casa a tomar por culo, en la que lo único común es el baño (la cocina en los cuartos),y el único que conozco es un tipo francés, majo, pero siempre tiene que hacer algo... Vamos, como si no conociera casi a nadie. Lo cierto es que empecé con mal pie con el tema del alojamiento, y eso es algo contra lo que nada pude hacer...
-Hasta finales de Noviembre no tuve internet
-De tres trabajos en grupo, dos me tocaron con un tipo completamente asocial y vago. Pero vago como nunca he conocido. Y me jodió mucho. Muchísimo. Me tuve que tragar el marrón en una lengua extranjera, haciendo mil veces más trabajo que él para que al final nos ponga la misma nota de aprobado mediocre (bueno, la nota todavia no la tengo, pero...)
-Aparte de las razones negativas, hay un buen puñado de proyectos en Pamplona que tengo muchas ganas de coger. Por lo menos he aprendido algo de Inglés, he visitado Londres y Stonehenge, y Salisbury, y Winchester. Y aún me queda una semana en la que intentaré ir a algún sitio. Algún sitio que no esté muy lejos.... Pero lo que comentaba, unos cuantos proyectos que serán realizados en Pamplona. Ser Laertes en Hamlet, organizar un REV de 7º Mar, un proyecto de Comunicación Alternativa, y lo que salga, quién sabe.
sábado, 19 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario